El Tajo es el río más largo de la Península Ibérica. Nace en la provincia de Teruel y recorre toda la península de Esta a Oeste, desembocando en la ciudad portuguesa de Lisboa. Para llegar a la desembocadura, este río recorre un total de 1008 km.
Para encontrar este emblemático monumento podemos ir desde Albarracín. Nos costará llegar algo más de media hora, a pesar que la distancia entre ambos lugares es de algo menos de 40 km. El último pueblo que atravesaremos es el de Frías de Abarracín, a partir de ahí debemos seguir la carretera por la que venimos.
El monumento del Nacimiento del río Tajo, diseñado por el escultor José Gonzalvo Vives en 1974, esta compuesto por cuatro figuras que pretenden homenajear a las tres provincias en las que el río comienza, que son Teruel, Cuenca y Guadalajara. La cuarta figura (la más grande) es un homenaje al propio río.
Teruel esta representado con su simbólico torico, el caballero representa a Guadalajara y la estrella y el cáliz a Cuenca. Por último, la cuarta figura representa al Padre Tajo. El está representado como un titan saliendo de una gran montaña. La espada clavada en la base de la escultura, que significa la hendidura que hace en la península, sus barbas representan las aguas de montaña tras el deshielo, la estrella de nieve que tiene en la cabeza, nos dice que este río nace de las nieves del invierno de los montes de la Sierra, y por último la enorme grieta que tiene en medio del cuerpo hasta los pies, significa el cauce del río a lo largo de la península de Este a Oeste.
En ese mismo lugar también encontramos el Merendero del nacimiento del río Tajo, donde podremos hacer brasas todo el año y comer en medio de la naturaleza.
Una vez finalizada la visita podéis pasaros por la Sima de Frías de Albarracín, situada a escasos kilómetros de aquí, y de camino a Albarracín.